Bonjour~
Siempre me han
gustado las hortensias, esas flores que desde lejos parecen hojitas todas
amontonadas brindando color a un espacio junto a las verdes hojas que las acompañan
y que solo si te acercas es que puedes diferenciar bien las flores.
Hace unos días
llevando hortensias blancas a alguien, escuché un comentario “en las casas
donde hay muchachas no se puede tener hortensias por que no encuentran marido
ni se casan”.
Y solo pensé “Oh
vaya, con razón aún sigo en mi casa!” Hahahahah! No es que ande buscando
casarme por ahora tampoco~. En mi casa no están sembradas pero casi siempre hay
un tarro con una plantita ya sea de color blanco, colores lila o similares.
“Estas flores no deben de sembrarse donde hay mujeres en edad de casarse
pues su energía es negativa y auyenta a los enamorados. Las casadas, no se
quedan atrás, también corren el riesgo de discutir con sus maridos si
tienen esta flor en casa.”
Junto a este
mito, leí otra frase “gato rubio en
casa, la hija no se casa” (las cosas que uno se encuentra señores…)
El nombre
científico de las hortensias es Hydrangea y su origen es de Asia. El cambio de
color de esta plantas se debe al nivel de PH, es decir, al nivel de acidez del
suelo, ya que si es alcalino viran hacia un color más blanco, a diferencia de
que si es ácido viran hacia el azul y si el PH es neutro, se vuelven más
rosadas.
Hortensias,
cuya variedad puede ser trepadora, árbol de hoja perenne o de la hoja de hoja
caduca, se encuentran entre las plantas ornamentales más utilizadas para
decorar y embellecer los jardines.
La leyenda de esta flor relata que El rey Luís XIV de Francia mandó a una
expedición que buscara nuevas plantas para su jardín. Cuentan que en el barco
que zarpó hacía Brasil había un grumete débil y más frágil que los demás del
que se burlaban. Cuando el barco llegó a las costas de Brasil los nativos
secuestraron a este grumete llamado Banet.
Cuando consiguieron liberarlo se dieron cuenta de que el grumete era en realidad una mujer, que había camuflado su identidad para poder ver el mundo. Al volver a Francia, el rey le concedió el honor de nombrar a una de las flores encontradas con su nombre: Hortensia.
Cuando consiguieron liberarlo se dieron cuenta de que el grumete era en realidad una mujer, que había camuflado su identidad para poder ver el mundo. Al volver a Francia, el rey le concedió el honor de nombrar a una de las flores encontradas con su nombre: Hortensia.
Bueno, ustedes
dirán su opinión sobre estas florecitas encantadoras.
Nos leeremos
en una próxima!

Chao
chao!

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